CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco ofició su primera misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, animando a los fieles a ser humildes y jóvenes de corazón, mientras decenas de miles de asistentes llenos de fe agitaban ramas de olivo y hojas de palma en recuerdo de la entrada triunfal de Jesús a lomos de un burro en Jerusalén.
La plaza rebosaba con unos 250.000 peregrinos, turistas y romanos ansiosos de unirse al nuevo Papa en la ceremonia solemne que marcan el inicio de Semana Santa, que conducen a la Pascua de resurrección, el día más importante del cristianismo.
Apegado a su estilo espontáneo, el primer papa latinoamericano se apartó en varias ocasiones del texto preparado para su homilía para animar a los fieles a llevar una vida sencilla.
El Domingo de Ramos recuerda la entrada de Jesús en medio de multitudes en Jerusalén, a lomos de un burro como señal de humildad, para ser posteriormente traicionado por uno de sus apóstoles y sentenciado a la postre por el pretor romano Poncio Pilatos a ser crucificado.
Francisco dijo que Jesús "despertó tantas esperanzas en el corazón, especialmente entre los humildes, los sencillos, los pobres, los olvidados, esos que no importan ante los ojos del mundo".
Francisco mencionó de improviso una anécdota de su niñez en la Argentina. "Mi abuela solía decir, 'los niños y las mortajas no tienen bolsillos*", una referencia al dicho de que "nada material puedes llevarte al otro mundo".
Desde su elección el 13 de marzo, Francisco ha hecho de los marginados y los pobres el centro de su misión como sucesor de Pedro, guiado por sus prioridades jesuíticas. Su nombre, la primera vez que un Papa se ha llamado Francisco, es en recuerdo de san Francisco de Asís, que renunció a una vida de opulencia y boato y abrazó con extrema humildad la pobreza y simplicidad para difundir el Evangelio entre los pobres.
Francisco vistió una casulla roja sobre su sotana blanca al oficiar misa en un altar bajo palio en las escalinatas de la Basílica de San Pedro.
Los cardenales, muchos de ellos los que designaron a su colega argentina, permanecieron sentados durante la ceremonia bajo un cielo encapotado y un clima ventoso.
En su homilía, Francisco dijo que la alegría de la Iglesia "no nace de poseer muchas cosas sino de haber conocido" a Jesús. Esa misma alegría debería mantener joven a la gente, agregó.
"Desde los 7 a los 70, el corazón no envejece" si uno está inspirado por la alegría cristiana, dijo el pontífice, de 76 años.
Francisco dijo que está ansioso de recibir a los jóvenes en Río de Janeiro en julio en el Día Mundial de la Juventud de la Iglesia católica. Será el primer viaje al extranjero del nuevo Papa.
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