La aviación francesa bombardeó el sábado territorio libio, en nombre de una coalición internacional encargada de aplicar una resolución de la ONU que ordena frenar la ofensiva del coronel Muamar Gadafi contra posiciones rebeldes.
El bombardeo, a las 16H45 GMT, estuvo dirigido contra un vehículo "claramente identificado como perteneciente a las fuerzas pro Gadafi", indicó el portavoz del estado mayor de las Fuerzas Armadas francesas, Thierry Bruckhard.
Era "un vehículo enemigo que amenazaba a la población civil", agregó. La operación se desencadenó tras una cumbre en París en la que Estados Unidos y países europeos -entre ellos Francia, Gran Bretaña y España- así como varios países árabes, definieron sus modalidades. Poco antes, la televisión libia indicó que centenares de libios se habían congregado en torno al cuartel general de Gadafi en Trípoli y a otros "blancos señalados por Francia", para protegerlos.
"Todo el pueblo libio está conmigo y están dispuestos a morir por mí, los hombres, las mujeres y los niños", dijo Gadafi, citado por un portavoz del régimen, en un mensaje enviado al presidente estadounidense, Barack Obama, y al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El inicio de la ofensiva internacional provocó disparos de celebración en la ciudad rebelde de Al Marj, a 100 km de Bengasi, la capital de los insurgentes, indicaron periodistas de la AFP.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el jueves el uso de la fuerza y la imposición de una zona de exclusión aérea para proteger a la población libia de la contraofensiva lanzada por Gadafi para aplastar a la rebelión que desde mediados de febrero se hizo con el control de varias ciudades.
El régimen libio anunció el viernes un alto el fuego unilateral en acatamiento de esa resolución, pero este sábado se registraron bombardeos en Bengasi (a 1.000 km al este de Trípoli).
Miles de personas huían de la ciudad, pasto de varios incendios. Los tanques de las fuerzas afines a Gadafi habrían ingresado a media mañana en esta urbe de un millón de habitantes, la segunda más importante del país, según testimonios.
Las fuerzas de Gadafi avanzaban por otro lado hacia Zenten y bombardearon los alrededores de esta ciudad situada a 145 km al sur de Trípoli, desencadenando la fuga de sus habitantes, señaló un testigo.
El régimen libio aseguró sin embargo que respetaba el alto el fuego y acusó a "las bandas de Al Qaida", término con el que designa a los rebeldes, de haber atacado a unidades militares apostadas al oeste de Bengasi.
Tras la cumbre de París, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció: "En acuerdo con nuestros socios, nuestras fuerzas aéreas se opondrán a cualquier agresión de los aviones del coronel Gadafi contra la población de Bengasi. Desde ahora nuestros aviones impiden ataques aéreos contra esa ciudad". "Otros aviones franceses están ya preparados para intervenir contra blindados que amenacen a civiles desarmados", agregó el mandatario anfitrión del cónclave en el que participaron en otros Ban Ki-moon, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, al primer ministro británico David Cameron, su par alemana, Angela Merkel y al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Nuestra coalición está lista para actuar", anunció el presidente estadounidense, Barack Obama, en declaraciones desde Brasilia, donde realiza una visita oficial.
La Liga Árabe ya había aprobado la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia; Qatar, miembro de esa entidad, confirmó que participará en el operativo militar, suministrando aviones. Rusia, que se había abstenido en la votación del Consejo de Seguridad, dijo que lamentaba la intervención militar extranjera.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, calificó de "irresponsable" y de "injerencia" la acción internacional. Por la mañana, un avión militar fue derribado en los alrededores de Bengasi.
Inicialmente se pensó que era de las fuerzas aéreas de Gadafi, pero una fuente rebelde indicó a la AFP que se trataba de un aparato de los insurgentes.