La alta tasa de desempleo y la lucha por sobrevivir y poder llevar el sustento de cada día a su familia, ha llevado a este artesano de Santiago a convertir latas de aceites de La Fabril en una herramienta de la cocina que en pleno siglo XXI aún se utiliza en algunos hogares de República Dominicana: el anafe.
El hombre fabrica el artefacto de la cocina, los acomoda por montones en la parte trasera de su motor y recorre algunas calles de Santiago en busca de algún comprador.
Este es solo un reflejo de la triste realidad de muchos dominicanos que no tienen un empleo para darle una vida de calidad a su familia.
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