SANTO DOMINGO, República Dominicana.-En la calle Guacanagarix, del sector Manganagua, la música estridente del centro de diversión “Manga Drink” desvela a los vecinos. No es un caso exclusivo, también los residentes de la calle Carlos Noel, esquina Juan de Morfa, en Villa Consuelo, sobreviven a igual calvario por causa del colmadón “La Hebilla”. Estos dos escenarios se repiten a diario en uno y otro punto del país.
La contaminación sónica encabeza la lista de delitos ambientales más denunciados por la población en la Procuraduría Para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales. De un total de 3,179 denuncias de diferentes violaciones ambientales registradas en el organismo el año pasado, 1,366 corresponden a contaminación sónica.
El Departamento Judicial de Santo Domingo y el Distrito Nacional ocupa el primer lugar con 821 denuncias de contaminación acústica, principalmente de colmadones y lugares de diversión que en diferentes puntos de la zona metropolitana afectan la tranquilidad y el sueño de los vecinos.
En el Distrito Nacional, el ruido de los colmadones se mantiene como un grave problema y constituye un elemento de conflictos. El regidor del Distrito Nacional por el Partido de la Liberación Dominicana, Julián Roa, sometió al Concejo de Regidores un proyecto de normativa municipal para sancionar a las personas que contaminan el ambiente y para establecer que el sonido en los lugares de diversión no pase los 55 decibeles.
La Alcaldía del Distrito Nacional realizó un levantamiento durante varios días en 72 colmadones y lugares de diversión de las tres circunscripciones de la capital y el resultado que arrojó fue que todos colocan música a un alto volumen que sobrepasa entre los 70 y 90 decibeles, muy por encima de los parámetros establecidos. Las normas del país establecen que los sonidos no deben sobrepasar los 65 decibeles durante el día y 55 en la noche.
El estudio, dirigido por Roa, fue hecho en horario de 8:00 de la noche a 2:00 de la madrugada. Por ejemplo, las mediciones en los alrededores de “Manga Drink”, en la calle Guacanagarix del sector Manganagua, llegaron a 105.5 decibeles; de Súper Bodega Ovalle, en la avenida Nicolás de Ovando a 100 y del colmadón “La Hebilla”, a 95.1.
De acuerdo con Roa, la circunscripción tres, donde se ubican los barrios de la zona norte de la capital, registra los niveles más altos de ruidos. Esta es la demarcación más poblada del Distrito Nacional y concentra ruidos en colmadones que oscilan entre 85 y 110 decibeles.
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