LOS ALCARRIZOS. "Siéntense, aunque sea en el piso, pero siéntense", clamaba la profesora a un grupo de estudiantes del programa educativo "Prepara", que funciona en la escuela Minerva Mirabal, en el sector de Pantoja.
Una parte del grupo que está parado sigue la recomendación, y se sienta en el piso, pero otros miran a los alrededores, y al no ver disponibilidad de espacio, continuaron de pie.
El imperativo de la profesora no era sólo un decir, sino la realidad de un centro donde el piso, los zafacones y las latas suplen la falta de pupitres.
Para hacer frente a esa realidad, algunos estudiantes deciden cargar con su silla desde su casa, pero aún así, muchos deben permanecer parados durante el tiempo de la docencia, desde las 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
Un caso es el de la estudiante Maritza Encarnación, de 44 años, que el domingo pasado tuvo que acudir al médico luego de las clases. "Yo sufro de la columna y, como no tenía silla, tuve que sentarme en el piso, y eso me hizo mucho daño. Hoy (ayer) mi esposo tuvo que traerme esta silla para poder sentarme", comenta, mientas otra compañera a su lado, sentada en el piso, se queja de que ella tiene un solo riñón y no puede estar en esa posición todo el día.
En otra sección, Flemín Roche hace de presidente del curso y como parte de su función, incluye el que tenga que salir de su casa, en el Kilómetro 22 de la Autopista Duarte, antes de la 5:00 a.m., para hacer de guardián de las pocas butacas que hay en el curso, y evitar que otras se las lleven. Aun así, muchos usan el zafacón, cubetas y cajas para sentarse. También es común que dos personas ocupen un asiento.
Quirsia Buret, directora del centro, se queja de cómo la sobre población de estudiantes afecta la docencia. "Son 16 secciones que tenemos en esa situación, cursos que deberían tener de 30 a 35 estudiantes, y hay 50", dice la directora. En total son 738 los estudiantes que acuden cada domingo a ese centro.
Buret, que reconoce la falta de espacio en el lugar para aumentar el número de secciones, aboga porque se creen otros centros de "Prepara" en la zona para poder descongestionar esa escuela. Por lo pronto, aspira a que respondan a su pedido de más butacas.
Sin papel ni agua en el baño
Otra queja de los estudiantes del centro Minerva Mirabal es la falta del higiene. Omar Montero, hace de vocero de los alumnos, y asegura que, además de tener que pasar todo un día parado, pese a su 51 años, tienen que soportar el mal olor que sale de los baños, porque no hay agua para bajarlos.
"El papel tiene uno que traerlo, porque nunca hay". Pide que se resuelva el problema que hay con la bomba y la tubería que sube el agua al plantel.
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