SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Casi la mitad de la vida de Belkis Álvarez Arias ha transcurrido entre las aulas de las escuelas. Entró al sistema educativo en 1984, cuando estaba en sus veintes y apenas lucía el título de bachiller. Nunca olvida ese año. Su vida se llenó de planes y esperanzas cuando por fin dejó de cubrir las licencias de maestras embarazadas y pasó a ser una profesora titular.
Han pasado 26 años y continúa en su cotidianidad de tizas y pizarrones. Ahora enseña ciencias sociales y matemáticas a estudiantes de séptimo y octavo grados en las escuelas Padre Billini y Brasil, en una jornada que empieza a las 8:00 de la mañana y termina a las 5:30 de la tarde.
Aunque todavía ama el arduo oficio de enseñar, los años cambiaron por desilusión el entusiasmo de aquellos tiempos. Ahora la vejez se acerca y la esperanza y las oportunidades disminuyen: tiene 54 años, dos hijos a los que tiene que mantener sola y carece de una casa propia o cualquier bien con valor suficiente como para garantizarle un retiro digno o garantizarle la sobrevivencia en caso de una emergencia extrema.
Su familia tiene que salir adelante con 12 mil 90 pesos al mes, pues el salario total de esta maestra es de poco más de 20 mil pesos y a éste monto se restan los distintos descuentos por préstamos, seguro de salud, membresía en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), y otros gastos fijos.
Fuente Informativa acento.com.do
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