Vitalino Pérez Rivera, cabo policial acribillado a tiros en el Expreso V Centenario, era apenas un mozalbete cuando su padre fue asesinado en un asalto, pero nunca se imaginó que ocho años después él correría la misma suerte.
El policía, de 26 años, fue asesinado ayer por cuatro desconocidos para despojarlo de su arma de reglamento.
Pérez Rivera deja en la orfandad a un pequeño de tres años, y a una humilde familia de siete miembros, incluida su madre, de la cual era responsable del sustento y cabeza principal, a pesar de su corta edad.
Trabajaba en el Metro de Santo Domingo de 6 de la tarde a 6 de la mañana, y justamente estaba saliendo cuando fue asesinado.
Fuente: elviajero.com.do
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