Aunque hace unas 36 horas que ha dejado de llover en Santo Domingo, aún La Barquita, una empobrecida cantidad de casas de madera, zinc y hoja de lata, sigue sumergida parcialmente dentro de las aguas del río Ozama. La anciana Ana Encarnación, de 88 años, veinte de los cuales ha vivido ahí, descansa después de poner sus colchones al sol. Su casa está inundada y duerme en una enramada de un colmado.
Fuente: enteraterd.com
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