Pekín.- Las autoridades chinas frenaron la producción de 17 fábricas del sur del país que añadían tinta, parafina y otros aditivos ilegales a los fideos que producían para incrementar su precio, el último escándalo por adulteración en China, informa la prensa oficial.
Los fabricantes que añadían estos productos a los fideos, uno de los platos básicos de la alimentación china, están ubicados en la ciudad de Dongguan, provincia de Cantón (Guangdong). Las autoridades incautaron una gran cantidad de fideos, aunque el diario oficial “China Daily” no especifica la cifra, después de descubrir que el producto no sólo contenía aditivos nocivos, sino que además estaba fabricado con maíz en lugar de batata, como se anunciaba en el envoltorio.
De esta manera, los fabricantes reducían los costes de producción, ya que una tonelada de fideos con harina de maíz cuesta unos 461 dólares, mientras que el precio de fabricación se dispara hasta 766 con la batata.
Según denunciaron los propios trabajadores de las plantas intervenidas, es posible que 50 toneladas de fideos adulterados con los productos ilegales hayan accedido al mercado desde que se inició el negocio en febrero.
Este último escándalo en seguridad alimentaria en China saltó a la luz pública el pasado jueves, cuando se confiscaron 5.5 toneladas de fideos supuestamente adulterados y su productor fue detenido para ser interrogado, según el diario local “Guangzhou Daily”.
Otros tres ejecutivos de la misma firma confesaron a la policía que habían utilizado harina de maíz y aditivos ilegales procedentes de algunas compañías en Dongguan.
China, uno de los principales países exportadores del mundo, ha protagonizado en los últimos años escándalos alimentarios con efectos letales, como el fallecimiento de 6 bebés y la intoxicación de otros 300,000 por leche adulterada con melanina en 2008, o la muerte de un centenar de panameños en 2007 por la exportación de un jarabe contaminado con líquido para frenos.
Los ministerios de Sanidad y Agricultura chinos publicaron el sábado una “lista negra” de 151 ingredientes y aditivos prohibidos durante la última década y que se siguen usando en alimentación y para alimentar al ganado, entre ellos colorantes y aceites nocivos para la salud.
A pesar de las reiteradas campañas de Pekín por lavar su imagen, la producción alimentaria china no sólo se enfrenta a adulteraciones y exceso de hormonas intencionadas, sino que además el país está tan contaminado que es frecuente la detección de mercurio en los pescados y de otros residuos peligrosos en carnes y verduras.
Fuente: noticiassin.com
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