SAN SALVADOR (EFE) — La Organización de Estados Americanos(OEA) inauguró este domingo en El Salvador su 41 Asamblea General y celebró el cierre de asuntos pendientes como las crisis en Honduras y Haití, y con el propósito de generar "decisiones claras" ante las amenazas a la seguridad que constituyen el tráfico de drogas y el crimen organizado.
La reunión de alto nivel, que trabajará hasta el próximo martes con la asistencia de 22 cancilleres y representantes de los 34 países miembros activos del organismo, fue inaugurada esta noche por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el presidente salvadoreño, Mauricio Funes.
Ambos saludaron el retorno de Honduras al organismo, decidido el pasado miércoles en Washington por casi todos los países con la única excepción de Ecuador, tras casi dos años de aislamiento a raíz del golpe de Estado que derrocó al entonces presidente hondureño Manuel Zelaya.
Insulza aseguró que con el reingreso de Honduras y las elecciones, y el establecimiento de un nuevo gobierno en Haití, el organismo concluía con éxito dos asuntos pendientes que "habían preocupado" a la Organización en los últimos años.
"Ha sido un largo proceso para llegar a este punto (...) lo más importante es que Honduras está de regreso en la OEA, bienvenidos hermanos", expresó por su parte el gobernante de El Salvador.
El secretario general habló del "período ambicioso" que vive ahora la Organización no solo por la resolución de las crisis en Honduras y Haití, sino también por "la tranquilidad con que concluyen los procesos electorales" en el continente.
Insulza aseguró que los hechos muestran "un hemisferio en que la generación transparente y democrática de autoridades es ya un hábito y debemos esforzamos en mantenernos así".
Insulza recordó también que este año se celebra el décimo aniversario de Carta Democrática Iberoamericana y abogó por redoblar los esfuerzos de los gobiernos de la región para hacer realidad todos sus preceptos. La política colectiva debe ser "respetar el principio de no intervención", pero subrayó que los signatarios de la Carta tienen el mandato de velar por el cumplimiento de esos principios.
En ese sentido, Funes reiteró el interés del gobierno en el fortalecimiento Carta y habló de transformarla en una "herramienta eficaz" para la prevención de situaciones como golpes de Estado que alteren el orden constitucional de los países signatarios.
"El sistema demanda una reforma profunda y deberíamos comenzar a discutir la creación de un sistema de alertas tempranas y de penalidades que sancionen cualquier quebrantamiento de la institucionalidad democrática", aseveró el presidente salvadoreño.
En cuanto a la seguridad ciudadana, el tema central de cónclave, tanto Insulza como Funes coincidieron en expresar que esperan que de esta asamblea surjan "decisiones claras" para garantizar ese derecho en el continente.
En las Américas existen condiciones para un despegue económico y social, pero se tiene que enfrentar a enemigos comunes como el crimen organizado y la desigualdad, alertó el secretario general.
"La gobernabilidad democrática, el crecimiento económico y calidad de vida no son posibles si no se mejoran otros temas importantes como la seguridad", agregó Insulza.
Centroamérica se ha convertido en una de las zonas del mundo con las mayores tasas de homicidios, vinculado en su mayoría con la acción de los carteles del narcotráfico que trasiegan hacia Estados Unidos y Europa la droga que se produce en el sur del continente.
La Asamblea General tiene lugar poco antes de la celebración en Guatemala de una conferencia internacional en la que América Central buscará apoyos para financiar un plan de seguridad regional que requiere unos 900 millones de dólares.
La reunión de la OEA discurre en la capital salvadoreña rodeada por fuertes medidas de seguridad que incluyeron el cierre del perímetro de centro de convenciones que acoge la cita.
El acto oficial de inauguración estuvo precedido de una serie de encuentros de Insulza con sectores sociales, empresariales y sindicales, que plantearon sus inquietudes sobre la seguridad y propusieron algunas soluciones.
También por las protestas de grupos hondureños afectos al ex presidente Zelaya, que reiteraron su repudio al reingreso del país a la OEA por considerar que se mantiene en ese país la "impunidad" en los casos de violaciones a los derechos humanos durante y después del golpe de Estado de junio de 2009.
Fuente: mexico.cnn.com
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