DURANGO (CNNMéxico) — En Durango son 500 las personas en duelo que esperan los resultados de la Procuraduría General de la República (PGR) tras los exámenes de genética practicados a los 243 cuerpos localizados en fosas clandestinas.
A pesar de que sólo 3 muertos han sido reconocidos, familiares no pierden la esperanza de encontrar a sus seres queridos entre losrestos humanos exhumados durante los últimos tres meses en la capital duranguense, al norte del país.
Don Pedro Valles Soria, es uno de los interesados en saber la identidad de los cadáveres desenterrados. Su hijo Fernando desapareció cuando viajaba en su camioneta sobre la carretera que va de Poanas al municipio de Vicente Guerrero, zona colindante con el estado de Zacatecas.
Con tristeza recordó la fecha, 15 de diciembre de 2010, cuando recibió la noticia comentada por conocidos de la familia: “En el tramo carretero que va pa’ Guerrero encontramos la camioneta de Fernando. Tiene las puertas abiertas, pero él no está”.
A sus 76 años de edad, don Pedro no deja de pedirle a Dios que brinde protección a su hijo, y le dé más fortaleza a él para soportar la angustia e incertidumbre por saber si su familiar estaba enterrado en alguna de las siete fosas clandestinas.
“Mi hijo nada tenía que ver con cosas malas; el muchacho era bueno para cuidar becerros y caballos. Él me ayudaba porque yo ya no puedo andar solo en la labor, ahora tengo que trabajar duro y cuidar a mi señora (esposa) que está muy enferma”.
Poanas es considerado por las autoridades locales como uno de los ayuntamientos más violentos de la entidad debido a la colindancia con Zacatecas, punto de paso utilizado por el crimen organizadopara consumar ejecuciones y desapariciones.
Fuente: mexico.cnn.com
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