Durante muchos días los vecinos de este Distrito Municipal aguantaron en silencio la falta de agua y de energía eléctrica.
Sufrían y sufrían. A las autoridades de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo ni a la Ede Este les importó su desgracia ni sus sufrimientos.
Sin embargo, este día miércoles hombres, mujeres y niños ya no soportaron más.
Se armaron de piedras y palos. Lanzaron desperdicios en medio de la calle principal y quemaron neumáticos por todas partes.
Estaban furiosos. No aguantaban más.
Cuando la Policía llegó, plantaron pelea. No corrieron a esconderse.
No temían a los disparos de balas ni a las granadas de gases lacrimógenas que detonaba la policía.
Los más adultos cuidaron a los niños sacándalos de la zona de peligro para que se les asfixiaran.
Lo mismo hicieron con los ancianos.
El resto, armado de valor y de ira, sen enfrentaron a la Policía.
Cuando algunos de estos agotaron sus provisiones de balas y granadas de gases lacrimógenas, los rodearon y se colocaron a la misma altura: piedras contra piedras.
En ese momento los agentes no se les veían tan fieros.
Fue necesario que llegaran otros disparando para rescatarlos de la furia de la comunidad.
Las protestas se extendieron por todos los barrios de San Luis y todo parecía incontenbile hasta que, finalmente, llegó el mayor Arnaud, como un “Chapulin Colorado”, a salvar la situación.
Estableció un mecanismo de comunicación y logró que la CAASD restableciera el servicio de agua y la EDE ESTE la electricidad.
Después, regresó la calma y cada cual a lo suyo.
La lección quedó aprendida: en San Luis solo logran que le presten atención cuando estalla la ira. Consiguieron a pedradas lo que no pudieron con lamentos: agua y luz.
Fuente: enteraterd.com
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